10 de enero de 2007

Si te he visto...

En Suipacha hay varios personajes.

En realidad hay personajes en todos lados, pero en las grandes ciudades es más difícil reconocerlos y saber todas sus historias. Quizás el mundo de personajes se limita al universo conocido: amigos, parientes, algún vecino o compañero de trabajo.

Cuando hablo de personajes no estoy hablando de locos, eso ya lo hizo Hernán, sino de aquellas personas que son resaltadas por una cualidad. Y si esto pasa en un pueblo, la característica de esta persona va a ser su carta de presentación.

Ya hemos mencionado al quinielero, a los bananas, al formador de comisiones de fomento, etc.

Hoy les presento al ACTOR SECUNDARIO DE PAISAJE PUEBLERINO

Este personaje es muy reconocido por todos los habitantes. Ya que siempre e inexorablemente se lo podrá encontrar en el mismo lugar en situaciones varias. Si vas a lo de Muñoz, a la iglesia, al baile en la calle, en el Club Comercio o la Ideal, el tipo está siempre en el mismo lugar.

Siempre estará sentado en la misma mesa o lugar de la barra, generalmente con copa en mano mirando al centro y callado. A veces algunos conocidos pasan a saludarlo pero la conversación durará solo unos minutos.

Generalmente esta persona ocupa un lugar secundario en la situación. Nunca será monaguillo, nunca será el centro de la fiesta, ni estará haciendo karaoke, no estará nunca demasiado borracho ni demasiado enfiestado. Siempre atento a lo que pasa a su alrededor mirará el mundo sin participar de él y soportando miradas condescendientes.

Es como si estuviera cumpliendo un papel, un rol en los acontecimientos pueblerinos. Y ése rol es precisamente, no hacer nada.

Muchas veces no conocen su nombre, o sólo el apodo; pero de vista… todos. Pasan los años y el tipo sigue igual, hasta que por motivos que todos desconocen el tipo desaparece. No se lo ve más. Algunos dicen que se enganchó con una mina y se casó. Otros que se fue a vivir al campo o a otra ciudad, el Negro dirá que por fin ahorró y se compró una vida. Pero nosotros tenemos la esperanza que se haya cansado de ser espectador, que esté en algún lugar cantando karaoke con dos minas al costado y enfiestado por ahí. Pero esto será en otra ciudad, acá ya ha sido etiquetado y caratulado. Ah! Si lo vas a saludar, se hará el sota y seguirá su camino con las rubias tetonas.

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