24 de abril de 2007

Zoología de los Invertebrados

Inspiradora, bestiaria, como habitualmente.
Hasta este post, me resultaba muy difícil responder a la pregunta: ¿sos celosa? Me parecía que no, pero a veces si… raro.
Ahora sé que, en realidad, soy una excelente detectora de mosquitas muertas.
Mi especialidad, por así decirlo, es una edición aumentada y mejorada (sí, trabajo en una editorial), llamada mosquita-muerta-histérica.
Observando algunos ejemplares, llegué a la conclusión de que, mosquita-muerta-histérica no se hace, se nace. Tienen una habilidad tan natural que asusta.
Se empiezan a vislumbrar en la adolescencia. En esa época, son las mejores amigas de todos los novios de las chicas del grupo. Van al cine, se encuentran a tomar mate, los ayudan a estudiar. Y ante el menor asomo de sospecha, se ofenden porque… “yo, primero soy tu amiga, después soy amiga de él, cómo se te ocurre? La mayor parte del tiempo que estamos juntos hablamos de vos?” ¿y la menor parte??? Ojo, no quiero con esto demonizar la amistad entre distintos sexos, eso es tema de otro debate.
Seguimos… generalmente son lindas, y saben que lo son, pero quieren hacernos creer que no, que si no están gordas son petisas o tienen una arruga de más en un párpado. Por supuesto para que alguien salte con un “si estás bárbara!!!”
Ya de grandes son las que mandan mensajitos “inocentes” a sus compañeros de trabajo, se encuentran “accidentalmente” con nuestros novios en la calle, chatean todo el tiempo con nuestros hermanos, maridos, amantes, chicos que nos gustan y ex. Los comentarios más comunes son: “los tipos están todos histéricos” (para el que chatea con ella, se encuentra con ella y le contesta los mensajes, pero no se le tira encima), o “el novio de tal se desubicó, nos mandamos unos mensajitos boludos y me salió con una invitación a cenar”. Pero ojo, cualquier reproche de nuestra parte, generaría un mar de llantos, de “yo nunca quise”, de “no puedo creer que pienses eso de mi”, que nos deja como la bruja mala del cuento, que encima que ella está sola, no la dejamos tener amigos. Y nosotras volveremos a creer, volveremos a confiar, hasta que, cual moscas que son, vuelvan a aparecer a molestar cuando menos las esperamos.
Lamentablemente, mi especialidad en el tema llega hasta el reconocimiento. Y sospecho que la solución es más difícil de encontrar que un tarrito de Off en Buenos Aires. Cualquier sugerencia para terminar con esta plaga será bienvenida.

7 comentarios:

El Vasco dijo...

Bueno, a veces no son tan malas che.

uyloco dijo...

muy bueno!! bienvenida nuevamente!! hacia falta un poco de presencia femenina activa!! me queda una duda: la mosquita muerta histerica entrega??

Agustín dijo...

Te hacés esperar pero rendís eh!

Eugebas dijo...

no entrega, cada vez que puede te pasa una lista de todos los que le tiraron los perros, pero ella... ¡naa que ver, gorda!

El Vasco dijo...

Fucking Mosquita Muerta Histerica!!

Anónimo dijo...

Podríamos hablar con Telerman, si en la ciudad mandó a fumigar los parques contra los mosquitos...quizá tiene algo para estas moscas (aunque el sistema no dió mucho resultado).
Eso sí, si encuentran la forma, avisenme que conozco un par para eliminar.

S.M.U.g dijo...

Como los zancudos, que a simple vista aparentan ser tan frágiles, poco veloces y fácilmente aniquilables... las nunk bienvenidas "invertebradas" -como bien se cataloga a estos seres indeseados- también dan esa impresión (claro, a los hombres miopes porque las mujeres no por nada tenemos nuestro siempre funcional 6to sentido).

Sin embargo, así como cuando se trata de atrapar a un zancudo uno cae en cuenta q pese a tener un cerebro n veces más grande, resulta muy difícil dar con él y matarlo de un solo porrazo... así de complicado resulta tb atrapar a estas bichejas que pululan en todo el planeta... expertas en artimañas para esquivar los "matamoscazos" (o desenmascaramiento de tretas) y posarse nuevamente en alguna otra esquina de la habitación, desde donde quizá ya estén frotando las patitas planeando dónde y cómo poner su veneno nuevamente...

*suspiro*

Pero bueee, al fin y al cabo, son necesarias las infelices... pues pueden ser un buen filtro para validar aquello de que sólo quedan los más fuertes... (o los menos laxos a caer en la tentación, jeje)